Piratas del caribe

Menuda mezcla de pelis que me he visto este fin de semana!!!! La primera fue las Flores de Harrison: sin pretensiones, ni intentos de moralina más que los que ofrecen las crudas imágenes de la guerra, nos hace un breve repaso, bajo el hilo de una historia de amor, de lo que fue el conflicto de Yugoslavia.
La segunda, Piratas del Caribe, nos permitió relajar tanta intensidad con una comedia de espadachines y fantasmas. Por cierto, ambas pelis en soporte de DVD original, si chicos, ORGINAL porque ahora casi va a resultar igual de caro copiarse una que comprársela en la FNAC. No me he vuelto loca, solo que he sido poseída por el espíritu antiCANON, con el que la SGAE pretende suplir todos los millones de euros que dice haber perdido con esto de la piratería.
Pero yo me pregunto. En realidad, si lo pensáis detenidamente, esto del canon es un poco raro, no? Veréis, primero inventan el soporte digital del CD, DVD, etc. y esas máquinas que sirven para que en nuestra casa y con poco más que dos clics de ratón consigamos copiar archivos de nuestro ordenador. Esto parece que triunfa y los de las empresas que las fabrican se hacen de oro. Pero, como no llueve a gusto de todos, los de la SGAE se quejan porque dicen que les copian todos los CDs y que ahora no están ganando suficiente dinero, así que consiguen que se modifique le ley y se prohíba realizar cualquier tipo de copia. Con el paso del tiempo, se dan cuenta que esto no es suficiente y deciden realizar una técnica más expeditiva e idean el CANON, de tal forma que si compras cualquier soporte digital tienes que pagar una cantidad extra para los pobrecillos (y algún progresillo) de la SGAE. Con esto, ¿como se queda la cosa? Y ahí es donde llega mi duda: si yo me compro un CD original, una parte del precio va a parar al autor/cantante y demás, y si compro CD virgen y grabo canciones también la SGAE se lleva el dinero, con lo que realmente ya no estará prohibido hacerte tus copias privadas porque todo quedará compensado.

Después de este vómito de ideas, que reflejan mi repulsa por una industria que intenta por todos los medios no adaptarse a un nuevo modelo de mercado, solo me queda decir que hoy espero con ansia mi nuevo ordenador, y que deseo que este no se me funda en un tiempo prudencial.