Que yo también comparto los mismos miedos,
también busco una cinta para atar el tiempo,
también arrastro conmigo una cadena de sueños.
De vuelta al ruedo. Ha pasado un año, y tantas, tantas cosas..., que hemos llegado a R-2.....D2!!!!!
Hace mucho que abandoné la sana tarea de escribir y, jeje, la mala costumbre de publicarlo en este blog. Pero empujada por diversas motivaciones (que explicarlas aqui sería algo cansino), he regresado a la playa después de luchar con las tormentas (y tormentos) que han ocupado los días de mi recién estrenada profesión.
Y es que el desembarco en el mundo laboral ha sido duro: primeros pacientes, primeros compañeros, primeras guardias y, como no, sus primeros salientes, primeros tactos, familiares, tratamientos, cenas de servicio, etc. Muchos estrenos en muchas cosas que hacen que cada día sea único, intenso, estresante e inmensamente gratificante.
Poco a poco, las semanas se han hecho meses, y sin querelo, los 12 meses se han convertido en el primer año como residente. Desde aquí, aunque parezca que todavía me encuentro al comienzo siento que esto se acaba, que en realidad se trata de un cuanta atrás, larga, muy larga, pero en la que cada día ponemos una rayita en un calendario que irremediablemente tiene las hojas contadas.
Y como no, una parte importante de la residencia son las despedidas. Cada poco, cambiar de sitio, de compañeros, de costumbres, intentar echar el vuelo con el mayor equipaje posible. Luego aterrizar en el nuevo destino, tratando de conservar la mayor parte de la carga (aunque siempre se queda algo, o mucho, de lo aprendido por el camino), a empezar de cero, y sin duda, tan desubicada como la primera vez. Para que cuando se acumulen muchos días tachados en el calendario, tengas que preparate para una nueva despedida. Al acabar cada rotación siempre queda un poso de tristeza, de melancolía, en ocasiones pequeño, pero en otras, es tan grande que crees que la taza acabará llena antes de tiempo. Espero que el sabor de boca que me ha dejado este primer año se repita en los sucesivos y que los posos sean cada vez mayores, hasta que colmen la taza al final del camino.
Hasta la próxima (que espero que esta vez sea antes)
domingo, junio 29, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario