miércoles, julio 02, 2008

Pero dejadme, ay, que yo prefiera la hoguera


Es un asunto muy delicado
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.
Javier Krahe

Tras un año de sequía literaria he retomado la lectura, y debido al atraso de novedades que pueblan la biblioteca, he tenido que leer ciertas obras que han despertado mi lado más crítico.


Hace un par de semanas terminé El juego del Ángel, de Carlos Ruiz Zafón, 300 páginas que urden (por decir algo) una trama pseudopoliciaca. El resultado: 0 puntos. Lo único que salvo es la cuña radiofónica, en la que leen el fragmento dedicado a la Biblioteca donde se guardan los libros olvidados. Este pasaje, un espléndida idea, que la describe casi de forma cinematográfica, está desalabazado del argumento, en la que además nada tiene sentido y no se entiende la motivación que mueve a los personajes. Creo que intenta tener un trasfondo filosófico que no llega a desarrollar/explicar al final del libro. Para mi nada que ver con La sombra del viento, y, sin duda, un autor que estará el destierro de mi lista de pendientes durante un tiempo. O como haría Vazquez-Montalbán, este ejemplar alimentaría la hoguera de alguna fría noche.


A la vez que el anterior, comencé El niño con el pijama de rayas, empujada también por las buenas críticas que familiares y amigos me habían dado del libro. No me decepcionó, una historia desgarradamente deliciosa que nos habla de la amistad, de la inocencia y de la crueldad a la que puede llegar el ser humano. La última frase del libro me dejó con un poco de mal sabor de boca, habla de que la anulación de los derechos humanos que ejercieron los nazis y de que esto no se volverá a repetir a los largo de la Historia que nos espera. Falso, creo que este tipo de osas pasan actualmente en muchas partes del mundo y que han pasado después de que la Alemania de la Segunda Guerra Mundial cayese bajo el ejército aliado: Palestina, Guantánamo, Chile, Argentina, Somalia, Bosnia, Vietnam, Aftganistan, Irak, etc. Donde se han violado o ignorado toda la declaración de derechos humanos, donde no se ha respetado al enemigo, donde se les maltrata por ser diferentes, donde se considera que comer a diario o vivir entre alambradas es parte del castigo que merecen por pertenecer a ¿qué?, a otra religión, a otro país, a otra ideología política... No nos engañemos, el fondo sigue siendo el mismo, solo que sin el pijama de rayas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de que retomes esa fantástica idea que tuviste de escribir en el blog. Y sobre todo que lo hagas de esta manera tan emocionante. Como a mí te gusta describir detalles sobre lo que sientes; es decir, no sólo sentirlo, sino explicarlo.
Sólo deseo quenunca hagas de tu vida, cualquiera que sea la cuestión, una cuenta atrás. No cuentes, Jara, sólo preocúpate de sumar, así es como se vive. La vida se encarga de lo demás. Poesía.
Besos